Su uso evita el riesgo de perforación timpánica gracias a la presión equilibrada y perfecta dispersión que le proporciona su sistema de aplicación.
El cerumen se disuelve del oído gradualmente, eliminándose en varias horas o días (dependiendo de su cantidad) mediante un mecanismo natural de limpieza del oído.
El cerumen: la cera o cerumen del oído es una secreción normal de las glándulas del oído. El exceso de cerumen puede causar diversos efectos no deseados, como pérdida de audición, molestias, dolor o tos.
Las molestias o la pérdida de audición se producen cuando el cerumen acumulado ocluye o bloquea el conducto auditivo externo. El cerumen comprimido produce una presión que reduce o impide que las ondas sonoras alcancen con facilidad la membrana del tímpano.
La tos se puede producir cuando el exceso de cerumen o tapón de cerumen estimula los nervios que comparten tanto el conducto auditivo externo como la garganta, provocando un “cosquilleo en la garganta” que puede provocar la tos.