MARISA GARCÍA ALONSO
Vivo por y para ayudar a recuperar tu salud…
Hola, soy Marisa García Alonso, farmacéutica y especialista en Análisis Clínicos
…pero podría haber estudiado cualquier otra cosa, y mi vocación siempre sería la misma; ayudar a recuperar la salud. De pequeña lo intentaba con animalitos aprovechando mi infancia en la zona rural de Boadilla del Monte. Desde hace ya unos cuantos años, con cualquier ser vivo que se ponga en mi camino.
A pesar de mis estudios, he comprendido que para tener una buena salud, no basta con tomar medicamentos, de hecho mi misión es que no tengas que tomarlos. Y de aquí, mi nueva especialidad: encontrar el origen de las enfermedades para tratar de solucionar el problema que las originó. Y este origen puede estar en tu estilo de vida, esto es: tu alimentación, la ausencia de ejercicio diario, la falta de sueño, el estrés emocional, una mala respiración… que llevarán sin lugar a dudas, a un desequilibrio en tu microbiota y tu inmunidad, y desde ahí, a un sinfín de patologías crónicas que te harán pensar: “pero en qué momento he pasado de comerme el mundo a sentir que no puedo con mi vida?”.
Por desgracia esto ocurre cada vez a edades más tempranas
“En 2005 un médico le dijo a una persona muy querida que su enfermedad oncológica no tenía solución, y le sentenció a 10 años de vida. ”
Tras años de trabajar como Farmacéutica Analista en los laboratorios de las Clínicas Ntra. Sra de Loreto y Clínica Santa Elena, y comprobar en las analíticas de algunos pacientes que venían a consultarme, la falta de algunos micronutrientes (entre otras causas de origen emocional) que podrían ser las causas de sus dolencias, comencé en 2004 una búsqueda imparable de soluciones para las enfermedades que no encontraban respuesta en la mayoría de los medicamentos derivados de la industria farmacéutica.
Otro acontecimiento de mi vida me cambió por completo: cuando en 2005 un médico le dijo a una persona muy querida que su enfermedad oncológica no tenía solución, y le sentenció a 10 años de vida.
Eso me desató de cualquier prejuicio y desde entonces no he dejado de estudiar y buscar en la naturaleza y en las diferentes disciplinas de años previos a 1.950, otras posibilidades sumadas o no a los medicamentos recetados por sus médicos, para mejorar la salud de las personas que acudían a mí en busca de interpretación de los resultados de sus análisis clínicos, y que no terminaban de conquistar su salud.
Estoy escribiendo esto en agosto de 2022, y la persona cuya enfermedad no tenía solución, sigue entre los vivos.
¿Por qué digo antes de 1.950? Pues porque es cuando la industria farmacéutica alcanzó su apogeo y empezaron a desarrollarse medicamentos para múltiples dolencias con rapidez en todos los países industrializados, inundando las farmacias hasta el momento, lugares donde se preparaban fórmulas magistrales individualizadas, y sacando de las mismas prácticamente todo lo que no tuviera formato de medicamento. Llegó la era del antibiótico y a los niños nacidos a partir de 1960 se nos ha atiborrado de antibióticos sin control, hasta que empezaron a surgir las primeras resistencias bacterianas (las bacterias empezaron a defenderse) y en los primeros años del siglo XXI se empezó a hablar de los problemas que surgirían en la población, ante la imposibilidad de que estos medicamentos no pudieran actuar contra las bacterias.
Pero se olvidaron de que antes de la llegada de los antibióticos, el ser humano ya conocía otras sustancias con altos efectos antibacterianos para tratar todo tipo de infecciones, por ejemplo, mis adorados Aceites Esenciales. Y por qué no han sido tan conocidos ni se han enseñado en las universidades de Medicina o Farmacia?, pues imagina que un laboratorio farmacéutico empezase a envasar un producto de este tipo, que no puede patentar porque está en la naturaleza, y no ha sido sintetizado por ellos ni pueden acogerse a una patente que les garantiza unos grandes ingresos durante años..
Al no ser interesantes para la industria farmacéutica, quedaron en el olvido, y solo algunas empresas con otros objetivos de salud, optaron por continuar reviviendo aquellas terapias que, antes de la implantación mundial de la industria farmacéutica, eran utilizados y bien reconocidos como remedios beneficiosos para la recuperación de la salud en el ser humano y también animales.
“Y buscando buscando.., encontré un sinfín de remedios de todo tipo que se usaban desde incluso hace miles de años, o no tanto… ”
Así podríamos hablar de la terapia marina del Dr. René Quintón, los Aceites Esenciales, la Microinmunoterapia, el mundo del Dr. L. Ribault y sus investigaciones con el silicio, o estudios similares del Dr. Asai en Japón con el Germanio. El extraordinario mundo de los probióticos, como las bacterias acido lácticas presentes en los yogures de las que ya se conocía su beneficiosa acción en el intestino humano, tanto es así que se vendían exclusivamente en las farmacias hasta 1.950, desbancados después por los antibióticos.
Y buscando buscando.., encontré un sinfín de remedios de todo tipo que se usaban desde incluso hace miles de años, o no tanto, si recordamos “los remedios de nuestras abuelas” y que solos o sumados a algún medicamento actual (aquí empezaríamos a hablar de medicina integrativa) podrían ayudar a recuperar tu salud, siempre y cuando seas consciente de lo que te la hizo perder, para retomar las riendas de tu vida.
En 2002 instalé mi oficina de farmacia en la Estación de Atocha, con muchas dificultades derivadas de las diferentes obras que se fueron realizando en estos 20 años, cambios de llegadas de los trenes, fluctuaciones en los movimientos de los pasajeros, que difícilmente conocían la existencia de la Farmacia. Y finalmente la Pandemia de 2020 terminó de advertirme que aunque la ubicación de la Farmacia es necesaria para los viajeros que en la Estación de Atocha han buscado y encontrado solución a sus problemas urgentes y no tan urgentes (desde infartos donde inmediatamente después de atenderles llamábamos al SAMUR, hasta mareos, torceduras o vómitos), en la Estación de Atocha se respira mucha inestabilidad para la viabilidad de una Farmacia. Así que tras pasar la sequía de la pandemia, intentando ayudar desde otros medios (sobre todo Instagram en mi cuenta @marisagalonso) a los pacientes que buscaban nuestro consejo farmacéutico, y a la vista de las nuevas obras que en 2022 comienzan para dar un cambio radical a la zona del jardín Tropical que dejará de existir junto con nuestra oficina de Farmacia, nos trasladamos a CARABANCHEL.
Con mucha ilusión hemos comenzado un nuevo proyecto, donde por fin encontraremos la estabilidad que estábamos necesitando, y desde donde podremos continuar dando servicio a toda España y resto del Mundo a quien quiera nutrirse de nuestros consejos y pautas naturales para la recuperación de su salud.